jueves, 31 de marzo de 2011

Matroska
















Existen momentos no medio da treboada,
nos que se acada un intre de silencio.
Coma se dunha morte súbita se tratase,
coma un pantaiazo azul na memoria,
coma un deixar de estar
sendo só, observador alleo.

Todo se torna carente de senso,
de luces e cores do teatro negro.
Tratar de volver; tarefa inconexa.
Tornar da locura; morrer por dentro.

Cando se racha esta pel de cebola,
este fino velo contedor da realidade.
Miramos impávidos o noso presente
dende unha Matroska máis grande.

Caemos de súpeto do balcón do desexo.
E hai sangue;
e hai dor.
A dor de vernos engañados.
A sangre que proba a vixencia.

Pero…
¿Quén nos di que esa sangue,
non é outro capricho do tempo?

3 comentarios:

  1. Juanito, últimamente andas muy lúcido ;
    Me gusta mucho cómo terminas este, un puntito de narrativa poética con ese pero en suspensión.
    (Asumo que si no pones el autor es que es tuyo)

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Asumes bien sino pongo el autor es de cosecha propio. Unha aperta.

    ResponderEliminar
  3. Juanito. El otro día leí este poema en la tertulia que estamos haciendo en Huelva. Les ha encantado y me han propuesto una cosa. ¿Recuerdas la revista que queríamos hacer? Pensamos en, si te apetece, publicarlo y si te pones, hacerlo bilingüe. Te animo a que te animes, con este poema o cualquier otro.

    ResponderEliminar