jueves, 31 de marzo de 2011

Matroska
















Existen momentos no medio da treboada,
nos que se acada un intre de silencio.
Coma se dunha morte súbita se tratase,
coma un pantaiazo azul na memoria,
coma un deixar de estar
sendo só, observador alleo.

Todo se torna carente de senso,
de luces e cores do teatro negro.
Tratar de volver; tarefa inconexa.
Tornar da locura; morrer por dentro.

Cando se racha esta pel de cebola,
este fino velo contedor da realidade.
Miramos impávidos o noso presente
dende unha Matroska máis grande.

Caemos de súpeto do balcón do desexo.
E hai sangue;
e hai dor.
A dor de vernos engañados.
A sangre que proba a vixencia.

Pero…
¿Quén nos di que esa sangue,
non é outro capricho do tempo?

jueves, 17 de marzo de 2011

Canción de cuna para dormir a un preso.










La gaviota sobre el pinar.

(La mar resuena.)
Se acerca el sueño. Dormirás,
soñarás, aunque no lo quieras.
La gaviota sobre el pinar
goteado todo de estrellas.


Duerme. Ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
No hay más que sombra. Arriba, luna.
Peter Pan por las alamedas.
Sobre ciervos de lomo verde
la niña ciega.
Ya tú eres hombre, ya te duermes,
mi amigo, ea...


Duerme, mi amigo. Vuela un cuervo
sobre la luna, y la degüella.
La mar está cerca de ti,
muerde tus piernas.
No es verdad que tú seas hombre;
eres un niño que no sueña.
No es verdad que tú hayas sufrido:
son cuentos tristes que te cuentan.
Duerme. La sombra toda es tuya,
mi amigo, ea...


Eres un niño que está serio.
Perdió la risa y no la encuentra.
Será que habrá caído al mar,
la habrá comido una ballena.
Duerme, mi amigo, que te acunen
campanillas y panderetas,
flautas de caña de son vago
amanecidas en la niebla.


No es verdad que te pese el alma.
El alma es aire y humo y seda.
La noche es vasta. Tiene espacios
para volar por donde quieras,
para llegar al alba y ver
las aguas frías que despiertan,
las rocas grises, como el casco
que tú llevabas a la guerra.
La noche es amplia, duerme, amigo,
mi amigo, ea...


La noche es bella, está desnuda,
no tiene límites ni rejas.
No es verdad que tú hayas sufrido,
son cuentos tristes que te cuentan.
Tú eres un niño que está triste,
eres un niño que no sueña.
Y la gaviota está esperando
para venir cuando te duermas.
Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
Duerme, mi amigo...

Ya se duerme

mi amigo, ea...


José Hierro (1947)


jueves, 10 de marzo de 2011

Curros Enríquez a Rosalía














Se trata del poema que Manuel Curros Enríquez le dedicó a Rosalía cuando los restos de la poetisa eran trasladados desde el cementerio de Iria a Bonaval.


Do mar pola orela
mireina pasar,
na frente unha estela,
no bico un cantar.
E vina tan sola
na noite sin fin
¡que inda recei pola pobre da tola
eu, que non teño quen rece por min!
A musa dos pobos
que vin pasar eu
comesta dos lobos
comesta se veu
Os ósos son dela
que vades gardar
¡Ai dos que levan na frente unha estrela!
¡Ai, dos que levan no bico un cantar!